Garzas viajeras, novias leves del azul 
con rumbo norte salpicando el cielo van 
y aqui mi río espejo muestra su vuelo               
como si fuera un pañuelo que enero lavando está.

18 febrero 2010

Camino a Salta

Corta espera en la banquina y ya estamos viajando nuevamente. En una Eco Sport alquilada nos subieron Martín y Carla: alemanes, padre e hija recorriendo nuestro país. Su meta del día era Cafayate o Molinos recorriendo RN 40, la nuestra era Santa María pero viendo la posibilidad de escalar el mapa un buen trecho y compensar los muchos días que nos atrapó Hualfín, decidimos seguir viaje con ellos.
Locro y humitas en Santa María, dejamos Catamarca para entrar a Tucumán. Los viñedos decoran el paisaje, los hornos de barro en cantidad, montañas y… de repente, tras preguntar si tenía efectos alucinógenos, los alemanes están tomando de nuestro mate!!!
Pasamos por Amaycha del Valle y luego hicimos parada obligatoria en las Ruinas de Quilmes.

Ubicadas en el corazón del Valle Calchaquí, las Ruinas se presentan como uno de los más importantes sitios arqueológicos del país, además de ser el asentamiento humano prehispánico más grande de la Argentina. Los Quilmes mantuvieron su fortaleza desde el año 800 hasta el siglo XVII. La población estaba compuesta por unas 3.000 personas.

Poco duró el entusiasmo por llegar a Cafayate en vísperas de su Serenata. La ciudad no se tomó ni un minuto para recibirnos: el caos en sus calles espantan a cualquier persona que conoce la tranquilidad; no existe espacio físico para un solo turista más; todos los camping, alojamientos y hoteles están sobresaturados.
Para no llamar al stress dejamos atrás Cafayate y su festival, que a pesar de su renombre y fama tenía una escasa oferta musical y artística.


“arenosa arenosita…
mi tierra cafayateña
El que bebe de tu vino,
gana sueño y pierde pena”
Dejamos el pavimento y seguimos por el ripio de la 40 rodeados de un paisaje maravilloso: montañas, viñedos y medanales. Luego de las viñas esperábamos ver los coloridos cultivos de pimiento que se recuestan sobre la orilla del río calchaquí, sin embargo la falta de lluvias no dio garantías para la producción.

Estas casas coloniales, hechas de adobe, nos acompañarían durante todo el trayecto. Esta arquitectura totalmente descontextualizada nos disparó una infinidad de especulaciones sobre la influencia española.


A partir de ese momento el camino que sigue es inexplicable, no alcanzan los sentidos para entender el paisaje: parece un trozo de cada planeta caídos uno al lado del otro.




Dos soles para darnos calor: efecto óptico o magia del Universo?




Llegamos a Molinos con la claridad justa para recorrer el pueblo. Martín y Carla nos dejaron en el camping pero nos invitaron a una sabrosa cena: lechón asado, papas fritas, ensaladas y un par de vinos. A la mañana siguiente seguiríamos viaje con ellos.
 

Pasamos por Seclantás y por varios parajes inhóspitos hasta llegar al pintoresco pueblo de Cachi, que a pesar de ya ser un lugar conocido por ambos no dejó de deslumbrarnos.

Aquí dejamos la RN 40 para llegar a salta por cuesta del Obispo, camino que los dos habíamos recorrido el año anterior en situaciones diferentes: Flor en la caja de una camioneta y Pedro montado en una bici.
A veeer!!! digan uisquiiiiii


Mucha confianza..!

 



Cuesta del obispo, piedra del molino, cerro de la virgen y valle encantado. Este paso es portador de varios nombres, dependiendo de la historia, el paisaje y algún que otro suceso.
Descendiendo, unos kilómetros luego de la posta del Maray, paramos a merendar queso de cabra en un puesto a la vera del camino, cargando energías para llegar a la ciudad capital.

Brota del cerro manantial de estrellas
Que a lomo de río aprendió a bajar
Lo beben viñedos, montes y acequias
Guitarras y quenas de dulce sonar
Descansa en el lago, legítimo espejo
Se esconde en la zafra, se pierde en el mar

Rubor de las nubes pregona tinieblas
Y acuna dolencias del joven pastor
Rebaño de penas, escarcha en los sueños
De mesa servida y dormir con calor.
Rebaño de penas, escarcha en los sueños
De mano tendida y vivir sin dolor.

A pesar de todo el Sol me cobija
Orienta mi paso, el sentir, el andar…
Sin embargo surco al andar estos vientos
Porfiado de amores, colmado de paz.
Sin embargo vuelvo rumiando estos versos
Besándote en coplas, viviendo en tu amar.

3 comentarios:

  1. Hola Chicuelos!!! se alcanza a sentir la forma como viven esos paisajes, van dejando en cada pedacito de suelo un poco de ustedes mismos. Aprovechen mucho esta oportunidad de conocer y conocerse creo que es un viaje hacia adentro también. Los quiero un montón...Pedro comprate alpargatas!!! y a Flor reponele las zandalias, se quedó con una sola!!! Ja Ja!!!

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  2. El comentario anterior soy yo lo que pasa que solo aprendí a mandarlos así. Sigan escribiendo que no sólo la música es muy buena en sus manos, son buenos también escribiendo. Abrazos muy grandes. Ana

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  3. te quiero amigaaaa!! me gusto mucho este post...!! sigan disfrutando! te extraño!! besos a los 2! Mikeland

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