Salimos de Uspallata (a dedo para no perder la costumbre) por la ruta 149 que va pegada a la cordillera y atraviesa la pampa del Leoncito hasta llegar a Barreal. Se encontraron en este Parque testimonios arqueológicos, como por ejemplo petroglifos y tramos del famoso Camino del Inca, de tiempos precolombinos. También alberga el casco, realizado en adobe, de la original Estancia El Leoncito.
El Barreal es una reseca planicie de catorce kilómetros de largo por cinco de ancho donde hace varios millones de años se secó un lago. La vista es extrañísima, de color blanco radiante, con algo de paisaje lunar. No hay un solo arbusto ni una rama seca, y solamente se vislumbra un suelo liso con resquebrajamientos en forma de pentágono que se reproducen con la exactitud geométrica de una telaraña.
Remojada en el río Los Patos
El calor agobiante de San Juan capital contrastado con el aire acondicionado del coche que nos trajo, nos espantó un poco y enseguida buscamos un escape de agua... la botellita congelada que nos regaló el colectivero sólo aguanto unos minutos. Así llegamos al dique del Ullum, que nos sorprendió con su hermoso paisaje (aunque nos seguíamos cagando de calor), por suerte sobrellevamos la noche jugando al carnaval.
Dique El Ullum
San Juan capital:
Acá empieza nuestra primera experiencia en Couch Surfing (un sitio en internet de alojamiento gratuito), así conocimos a María Eugenia (la anfitriona) y a Sebastián, Coco y Sara (tres franceses que también se alojaban en la casa de ella). El chaparrón de la noche dió tregua al calor que nos aplastaba y nos permitió recorrer "frescos" la ciudad al día siguiente.